por Salvador Trallero, junio de 2025
El momento político que estamos viviendo en España es algo escandaloso, y una muestra clara, entre muchas, es el de los aforados; figura que conlleva un status judicial especial que marca que en caso de ser imputado por algún delito, la persona en cuestión tiene que ser juzgada por un tribunal especial y no por los tribunales ordinarios como le sucede a cualquier otro ciudadano. Ello supone un privilegio del que se quieren aprovechar algunos trileros, como el presidente de la Diputación de Badajoz, un tal Miguel Ángel Gallardo, investigado por tráfico de influencias en el caso del hermano del presidente Sánchez. Hay que recordar que Gallardo forzó la dimisión de una diputada y otros cuatro cargos electos que estaban por delante de él en la lista, para llegar a poder ser aforado, aunque el Tribunal de Extremadura lo rechazó por fraude de ley. En Francia, hay 21 políticos aforados, en Italia sólo 1, en Inglaterra y Alemania no hay ninguno. En España hay más de 18.000 cargos políticos aforados. ¿Cómo es posible? ¿Qué está pasando?
