por Desde Monegros
¿Cómo acaba un pastelero editando libros?
Organizamos en el cafetín de la pastelería una exposición con postales y fotografías antiguas de Sariñena, por la que pasó mucha gente y allí, comentaban historias, detalles, edificios desaparecidos… y ahí me di cuenta de que desconocíamos nuestra propia historia y me animé a difundirla. En 2003 me puse con el proyecto del libro y pasé dos años investigando en archivos, algo ajeno a mí, tanto en Aragón como en otros lugares de España. También fui recogiendo testimonios en Sariñena. Y al final llegó la parte de la distribución y me tuve que dar de alta como editor para facilitar el trabajo y que el libro viera la luz. De hecho, un detalle es que en Sariñena Antigua no aparece citada Sariñena Editorial, pero sí que está el logo de la quimera (una de las imágenes del crucero de la ermita de Santiago) que me gustó y adopté como protectora del proyecto. Y la presentación fue un éxito.

En el cafetín de la pastelería Trallero, con varios títulos de la editorial
Su segundo libro, Alas Rojas, fue premiado como el Mejor Libro editado en Aragón en el año 2006, ¿qué supuso el galardón para el proyecto?
Continué investigando sobre el aeródromo Alas Rojas, dado que el tema ya había protagonizado un capítulo en el primer libro, y encontré mucho material e información en el Archivo del Aire, y decidí hacer la segunda publicación, Alas Rojas Sariñena historia del aeródromo de Sariñena que tiene la virtud de recoger la historia y varias de las numerosas fotos que había dispersas por diferentes archivos sobre el aeródromo que se instaló aquí en la Guerra de España (1936-1939). Y con él llegó el premio, un espaldarazo, aunque el libro ya había tenido un gran impacto en el ámbito de la investigación aeronáutica en España; era la primera vez que se otorgaba por parte de la DGA, y el jurado lo presidía Rosa Regás, que entonces era directora de la Biblioteca Nacional. Nunca esperas un premio o reconocimiento y menos cuando eres un investigador aficionado y recién llegado.
Pero fui conociendo y tuve el apoyo de otros investigadores, como Manuel Benito o Jesús Inglada, que fueron muy generosos, y me gustó esa filosofía de ayudar y tener las puertas abiertas a otros, algo que he intentado mantener todo este tiempo, es una parte muy bonita del proyecto, por toda la gente que conoces y con la que colaboras.

presentación en Huesca del libro Homenaje a Cataluña y Aragón de George Orwell, año 2025
¿Qué ha aprendido de estos veinte años como editor independiente en un entorno rural como Los Monegros?
Sumergirme en el mundo de la investigación me ha servido también para conocer otros ambientes y entrar en contacto con otras personas, que han ido generando una red que ha aposentado la editorial. Acompañar autores de la zona es otra de las partes bonitas del proyecto. Como autor, sé el trabajo que hay haciendo un libro, y el editor es sólo la parte final, y el que pone el dinero, pero el tiempo, las horas, el trabajo… son del autor. Venir del sector empresarial también me ha ayudado con el proyecto, cuidando los números. Mi filosofía es no poner dinero. De los 40 libros publicados algunos han ido muy bien, muchos han ido bien, y unos pocos han ido más justos; el dinero no es la parte más importante de este proyecto cultural.
¿Qué le motiva a implicarse tanto en la vida de Sariñena?
Cuando el proyecto editorial estaba en marcha fui conociendo gente muy vinculada al mundo de la Cultura aragonesa lo que traté que repercutiera en la vida cultural de la villa, surgió la tertulia cultural violinista José Porta, y la actividad cultural siguió creciendo, con la organización de jornadas como el Día Orwell, Alredol, pitas y cascabillos (en torno al Dance), el recital poético artístico Arte bajo la luna, el certamen de cortos de Bujaraloz…
Hemos cambiado mucho. El mundo rural ha ido a menos en lo que a ambiente social y cultural se refiere. Tenemos en el territorio elementos de primer orden para ponerlos encima de la mesa y que repercutan positivamente en él, por el contrario el envejecimiento de la población y la llegada de inmigración nos está llevando a unos cambios de primer orden, y la parte de preservar y difundir nuestra historia y tradiciones resulta más importante hoy que hace 20 años.
De los cuarenta libros editados, ¿cuál ha sido el más especial o que más le ha marcado?
Sariñena Antigua como el primer libro, que además está en todas las casas de la villa, es el que más repercusión ha tenido en mi entorno próximo. También Zaragoza Antigua me ha dado muchas alegrías: tres tomos y muy buenos momentos cada San Jorge en Zaragoza, cuando la gente se para y te cuenta historias. Y Alas Rojas, por el premio.
La apuesta por la fotografía y el gran formato fue valiente en su momento. ¿Qué le llevó a explorar este tipo de publicaciones?
El formato es potentísimo y lo he usado en numerosas ocasiones: Sariñena Antigua, Zaragoza y Barcelona Antigua, Álbum de adioses, Sois Leyenda… Cuando estaba trabajando en Sariñena Antigua el año 2004 pensaba en qué forma darle al libro, con un a gran importancia de la parte fotográfica. Coincidió un viaje que hice a Bali y allí, mirando en librerías, vi un libro de viajes que me llamó mucho la atención y empecé a desarrollarlo a partir de ahí. No he encontrado otro formato que mejore la parte fotográfica de los proyectos. En Monegros tierra de color, por ejemplo, nos permitió hacer doble página para una sola fotografía.

Presentación del libro Sois Leyenda en Sariñena, año 2010
¿Qué busca el lector que se acerca a Sariñena Editorial?
Historia, o un tema muy concreto. Hay una parte de publicaciones dedicadas a la Guerra de España, por el camino que abrió Alas Rojas. También una historia local y cercana, como Un castillo en la niebla, que es el único libro escrito en español sobre el castillo de Hartheim, en el complejo del campo de Mauthausen y dónde se puede comprar en su librería.
¿Sigue habiendo interés por las historias locales?
Poco, de hecho, algunos de los libros como Sariñena y el Diario de Huesca pueden ser de los libros menos vendidos. Pero la difusión de la historia y del nombre de Sariñena ha sido muy satisfactoria para mí.
Mirando hacia adelante, ¿cuál cree que es el futuro del libro? ¿Y el de Sariñena Editorial?
La caída del sector ha reducido ventas y tiradas para las pequeñas editoriales, y siempre he tenido claro que el día que no disfrutara haciendo libros dejaría de hacerlo. Nunca me planteé un ritmo de trabajo, ha habido años de una publicación y años de cuatro, pero me especialicé en historia y ensayo histórico porque me gusta y además me iban llegando manuscritos para publicar, así que mientras siga disfrutando, seguiré, porque siempre van surgiendo nuevos proyectos. El reto de la pequeña editorial es cómo llega a conocer la gente lo que tú has hecho, porque se publica muchísimo en España.
Pida un deseo, ¿qué libro le haría ilusión editar?
Nunca me lo he planteado. Lo más cercano lo he ido cubriendo con lo publicado, y lo que he ido pensando lo he ido haciendo, el ser independiente me ha dado esa potestad.

Presentación del libro Barcelona Antigua en Barcelona, año 2017; al fondo, el Miraestrellas.
















